LA HISTORIA de Jimmie Angel

 

1907

© JAHP Glenn Davis y Margaret belle Marshall Angel, los padres de Jimmie Angel,con sus tres hermanos más jóvenes Henry Parker a la izquierda, William Edward “Eddie” al centro y el bebé Clifford Esby a la derecha – Jimmie está parado a la derecha y tenía unos ocho años de edad.

Jimmie Angel nació el 1ro de agosto de 1899 en la región de Cedar Valley del centro occidente de Missouri. Su nombre completo era James Crawford Angel. Como su abuelo se llamaba James Edward Angel, para evitar confusión entre la familia, el utilizaba el nombre Crawford durante su infancia y adolescencia. El comenzó a utilizar el nombre Jimmie, con ese poco convencional deletreo, cuando era veinteañero.

Aunque era ciudadano estadounidense, el pasó buena parte de sus cincuenta y siete años fuera de los Estados Unidos. El vivió por el amor a volar y a la aventura.

Acerca de Jimmie Angel existen muchas historias o leyendas que han sido reportadas por diversos escritores y periodistas en libros y artículos de prensa. Que Jimmie aprendió por si mismo a volar a los catorce años o antes, es parte de la leyenda. Las historias sobre que el fue un as del vuelo del Royal British Flying Corps en la Primera Guerra Mundial, que creo una fuerza aérea para un jefe militar en el desierto del Gobi, o que trabajó como cazatalentos para Lawrence de Arabia no han podido ser verificados. Lo que si es cierto es que Jimmie Angel fue una aventajado piloto y amaba a Centro y Sur América, y muy especialmente a Venezuela.

1921

© JAHP Jimmie Angel con su hermano menor Clyde Marshall Angel el día del funeral de su hermana Goldie en Hominy, Oklahoma, Mayo de 1921.

Al terminar la Primera Guerra Mundial, se convirtió en piloto civil en los Estados Unidos trabajando como piloto ambulante, piloto de pruebas, piloto de acrobacias para películas, e instructor de vuelo. El consideraba rutinaria, muy estructurada, la vida de los pilotos de líneas aéreas comerciales. “Sería como manejar un autobús” le respondió a su hijo menor Rolan cuando le preguntó cerca al final de sus días por que no había obtenido un trabajo como piloto de aerolínea.

La primera vez que voló al sur de la frontera de los Estados Unidos fue durante los 1920s cuando gracias a sus habilidades como piloto encontró empleo en remotas e inexploradas regiones de México, Centro y Sur América. Trabajando durante los 1930s y 1940s para compañías de búsqueda de recursos naturales – oro, diamantes y petróleo – y con expediciones científicas y gubernamentales, Jimmie Angel encontró la libertad y el entusiasmo que deseaba fervientemente.

Parte de su trabajo, especialmente en Venezuela, tuvo un impacto duradero. Sus exploraciones en la Gran Sabana en el Sureste de Venezuela entre 1933 y hasta 1942 ayudaron a estimular el interés internacional en la región y sirvió de preámbulo a la expedición científica organizada por William H. Phelps y el Museo Americano de Historia Natural en 1937-1938. La Gran Sabana fue explorada, acotada, y abierta a la evaluación científica sistemática, en parte, gracias al trabajo de Angel para el Ministerio de Fomento y la comisión de límites en 1939.

Como consecuencia del interés internacional y la exploración científica de la región, el enorme Parque Nacional Canaima ha sido preservado y salvado del menosprecio que ha destruido muchos otros bosques y sabanas en Sur América.

De acuerdo a la leyenda, el primer viaje de Angel a Venezuela se realizó en los tempranos 1920s junto a un geólogo estadounidense apellidado McCracken. Ambos supuestamente se conocieron en un bar en Panamá y acordaron que McCracken le pagaría 5.000 dólares para volar hasta un lugar en el sureste de Venezuela. Ellos aterrizaron en un tepuy misterioso de la Gran sabana y removieron varios kilogramos de oro de un río sobre la montaña. McCracken moriría luego en Estados Unidos y Angel pasaría el resto de su vida buscando por ese perdido río de oro.


1927

© JAHP Jimmie Angel, al centro con chaqueta oscura, junto a sus padres y cuatro hermanos reconstruyendo un aeroplano Fokker D VII, en su hogar en Compton, California, en 1927.

Ni documentos, ni informantes, han podido verificar la leyenda del Río de Oro. Esa historia contada por Jimmie Angel no puede ser verificada. Ciertamente Angel la contaba  frecuentemente. Muchos de sus amigos y familiares creían dicha historia. Es difícil saber si sucedió o no realmente. No sabemos si dicha historia era tan solo una manera de atraer inversionistas en su búsqueda de oro. Lo cierto es que esa búsqueda fue una cruzada que duró el resto de su vida.

Jimmie Angel estaba obsesionado con el Auyántepui, un tepuy en forma de corazón con unos 700 kilómetros cuadrados que no aparecía en los mapas oficiales de la región antes de sus exploraciones. El creía que esa era el lugar en cual se encontraba el Río de Oro.

Tal vez las plantas, los animales y las características geológicas nunca se descubran. En cambio, el conocimiento de su existencia gana el reconocimiento de una audiencia más amplia y diversa. Es muy probable que la existencia de la cascada, conocida mundialmente como Salto Ángel, fuera conocida por los indígenas Kamarakotos que vivían en el valle de Kamarata, junto a Auyántepui, antes de que los forasteros la descubrieran. Los Kamarakotos son una de las tres tribus indígenas conocidas como Pemón; las otras dos son los Taurepanes y los Arekunas.

Cuando los Pemón trabajaron con la Expedición de Ruth Robertson de 1949 para medir la altura del Salto Ángel, algunos se negaron a ingresar al Cañón Churún porque temían a los espíritus que vivían allí. Los Pemón que entraron al cañón usaban pintura roja en sus rostros para ocultarlos y mantenerlos a salvo de los espíritus. Ante su insistencia, Robertson también lo hizo.

El Salto Angel pudo haber sido conocido por los indígenas Pemón que han vivido en el Valle de Kamarata en la región del Auyántepui por miles de años. O, debido a su localización en el interior del Canon del Diablo y la aversión de los Pemón a acercarse al Auyántepui, el Salto pudo no haber sido descubierto por ellos antes de ser descubierto desde el aire.

1939

© Freeman/JAHP Miembros de la expedición a la Gran Sabana del Ministerio de Fomento en 1939. Jimmie Angel está sentado a la izquierda, su esposa Marie Angel esta al lado, Carlos A. Freeman está a la izquierda, parado y en frente del Aeroplano Hamilton de Angel.

Quizás fue reportado en los diarios de previos exploradores. Pero hay numerosos saltos estacionales que caen desde el Auyántepui, de manera que es difícil saber a ciencia cierta si su existencia fue reportada antes que Angel anunciara a todos que había descubierto el salto de agua más alto del mundo. Su existencia fue reconocida por el mundo y fue descubierta ante todos gracias a las exploraciones de Angel.

jimmie angel

© JAHP Jimmie Angel

Jimmie Angel sufrió una herida en la cabeza infringida por una carga suelta mientras aterrizaba su aeroplano el 17 de abril de 1956 en David, panamá. Poco tiempo después del aterrizaje, sufrió un ataque al corazón. El tuvo varios problemas de salud durante los próximos ocho meses. El fue admitido en el Hospital Gorgas, de la zona del canal de Panamá, para tratarle una neumonía y moriría el 8 de diciembre de 1956 por una hemorragia cerebral. Sus restos cremados serían enterrados originalmente el 15 de diciembre de 1957 en el monumento a la aviación Portal de las Alas Dobladas en Burbank-North Hollywood, California. En cumplimiento de su último deseo, sus cenizas fueron removidas del Portal y esparcidas sobre el salto Angel el 2 de julio de 1960 por su esposa Marie Angel, sus hijos Jimmy y Rolan, y sus amigos Gustavo Heny y Patricia Grant.

plaque

© K. Angel/JAHP Placa conmemorativa sobre Jimmie Angel en el Parque Nacional Canaima

Karen Angel © JAHP 2010 Para historias adicionales, referencias y bibliografía, por favor ver Trabajos de Investigación

 

Notas

A menos que se cite de otra fuente o se escriba un artículo en un contexto histórico, JAHP intenta usar Auyántepui de manera consistente cuando escribe en inglés y Auyántepuy cuando escribe en español.

Tepui or Tepuy: De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española la ortografía correcta es tepuy, en plural, tepuyes. En inglés la ortografía es tepui, en plural tepuis. Tepui es la forma correcta de escribir la palabra Pemón “tepú” cuando se utiliza en palabras compuestas en el caso posesivo, por ejm. Ptari-tepui, Auyán-tepui, Wei-tepui.